By Cantarrana


Lo contábamos hace unos años. Cuando el viajero sale de noche de Castelo Branco, y toma la Auto Estrada A23 buscando las nieves de Estrela, un túnel le espera encaramado sobre la hermosísima Alpedrinha. Es el túnel de Gardunha. Y a su salida el viajero encuentra, a sus pies, millones de lucecitas, a modo de luciérnagas que inundan de amarillo la noche de Fundâo, el valle que comunica las dos sierras, Gardunha y Estrela, y, al fondo, Covilhâ y Tortosendo.

El espectáculo es estremecedor. El viajero puede pensar que acaba de llegar a un reino desconocido que puebla ese valle inmenso de luces. Lo mejor es apagar la radio del coche y dejar libre la imaginación.

En Tortosendo, en un rincón de esas luces amarillas, a las puertas de Covilhâ, se puso en marcha, a mediados de 2001, un proyecto musical que iba a emocionarnos diez años después.

Painted Black es una idea de Luis Fazendeiro y Daniel Lucas.

Primero fue The Neverlight, en 2005, como su carta de presentación. Entre los años 2006 y 2007 su segundo trabajo, Verbo, les va acercando al gran público metalero

En 2010 estalla por fin la bomba. Cold Comfort se grabó en Braga. Nueve trallazos con un sonido apabullante, que te empequeñece ante los auriculares. Deslumbrante a pesar de su oscuridad invernal. Atronador al tiempo que te mece sobre un mar bravío. Optimista mientras canta a la desolación, a la lluvia, a la Vía Dolorosa. Emocionante. Imprescindible.

Desde el verano de 2007 hacen segunda casa en Lisboa. Para abrirse al mundo, para ver el mar. Pero la umbría de Covilhâ no les abandona. No pueden negar de dónde vienen. Las brumas de la Serra da Estrela han calado en sus canciones, como la nieve en los huesos, vistiéndolas de ambientes otoñales, pre-románticos, desconsolados.

Y esos vestidos de sublime elegancia los vuelven a lucir en este 2017. Publican Raging Light. Han vuelto a grabar en Braga, de donde nace la savia incontrolable de la mejor música del otro lado del Oeste. Son ocho temas como ocho puñaladas a la muerte misma. Imperecederos. Dicen que viven en el Doom Metal, en el Death Metal, entre las atmósferas góticas. Que viven entre momentos de aceleración y secuencias ambientales para las guitarras flotantes y las voces susurrantes preñadas de intimismo.

Ya nos conquistaron con la Vía Dolorosa y lo siguen haciendo con estos Dead Time o In The Heart Of The Sun o con la suite con la que coronan el álbum, Almagest. En el fondo nos da igual si son de una rama o de otra. Lo importante es que no queremos que acabe este disco nunca. Nos fascinan Painted Black. Providencia divina.

[Dead Time]




[Painted Black]




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Oeste. Diciembre. Cuatro. 2017.